viernes, 13 de enero de 2012

Bibliografía mexicana en el siglo XVIII

Durante el siglo XVIII el número de impresores se incrementó, y los impresos tenían como estilo principal el barroco; los impresos de este siglo se caracterizan por tener portadas alambicadas (excesivas) y colofones en clara letra romana. Al igual que en los siglos anteriores sobresale la producción religiosa: devocionarios, catecismos, misales, novenarios, sermones por todo y para todo; certámenes literarios, honras fúnebres por monjas, clérigos, arzobispos y personas de cuenta; libros docentes de teología, derecho, medicina y oratoria.

Impresores del siglo XVIII

Impresor
Años de trabajo
Características
Principales Impresos
Herederos de la viuda de Francisco Rodríguez Lupercio
1698-1736
Situada en el Puente del Palacio, trajeron nuevos tipos de Europa.
Doctrina christiana en lengua chinanteca, del padre Barrales.
Vocabulario castellano-cora, de padre Ortega.
Miguel de Ribera Calderón
1701-1707
Situada en El Empedradillo, estaba emparentado con los impresores de Calderón.

Francisco de Ribera Calderón
1703-1731
Estableció su taller en la calle de San Agustín-
Editó obras salidas del Tribunal de la Inquisición.
Gertrudis de Escobar y Vera
1707-1714
Viuda de Miguel de Ribera y Calderón.

Herederos de María de Ribera
1708
Situada en la calle de San Bernardo.

Herederos de Guillena Carrascosa
1708-1721
Establecida en El Empedradillo, la denominaron Imprenta Plantiniana.

Herederos de Gertrudis de Escobar y Vera
1714-1732
Renovaron el taller, a partir de 1727 el taller llevó el nombre de Imprenta Real del Superior Gobierno.

Juan Francisco de Ortega y Bonilla
1721-1725
Establecido en la calle de Tacuba, le dio el título de Imprenta Plantiniana por el uso de tipos franceses y no españoles.

José Bernardo de Hogal
1721-1741
A partir de 1724 llamó a su taller Imprenta Nueva, obtuvo del Ayuntamiento de la ciudad el título de Impresor Mayor de la Ciudad en 1727.
En 1725 Regla de N.S.P. Francisco.
Para los colegios de la Compañía de Jesús imprimió la Gramtica de Nebrija (1725); Florilegium oratorum (1727); Novus candidatuss (1726) y Quintos, en griego.
María de Ribera
1732-1754
Tituló su taller Imprenta Real del Superior Gobierno, imprimió numerosas obras en latín, tesis universitarias y quodlibetos.
Algunos números de La Gazeta.
Cursus philosophicus, del padre Zapián.
Francisco Javier Sánchez Pizero
1737-1765
Ubicada en El Puente del Palacio, se mudó en varias ocasiones y sus últimas obras están llenas de errores de caja.
Arte de la lengua cahita.
Catecismo en la lengua cahita.
Viuda de José Bernardo de Hogal
1741-1755
Llevó el nombre de Impresora Real y Apostólico Tribunal de la Santa Cruzada.
Escudo de armas de México, de Cayetano Cabrera y Quintero.
Crónica franciscana de fray Félix de Espinoza.
Teatro americano de Villaseñor.
Arte maya de Beltrán de Santa Rosa.
Selectae dissertationes de Eguiara y Eguren.
Colegio de San Ildefonso
1748-1767
Establecida por la intensa producción literaria de los jesuitas y la necesidad que tenían de contar con material para la enseñanza.

Imprenta de la Biblioteca Mexicana
1753-1757
Juan José de Eguira Eguren y su hermano Manuel Joaquín, compraron el material para imprimir en Europa. Se estableció en la calle de San Agustín y más tarde en las Capuchinas.
Biblioteca mexicana.
Cristóbal y Felipe Zúñiga
1761-1764
Copropietarios de la Imprenta Antuerpiana, local ubicado en la calle de Palma.
Llanto de la fama, con excelentes grabados de cobre.
José de Jáuregui
1766-1778
Ubicada en la calle de San Bernardo, se amplió al adquirir la Imprenta de la Biblioteca Mexicana. Contó con tipos muy variados incluyendo algunos elaborados en México.
Descripción del barreno inglés, del padre Alzate.


Bibliógrafos y bibliografía

Las bibliografías de este siglo también son fuente de información biobliográfica de las reseñas de las virtudes y las obras de los miembros de las órdenes monásticas. 

Durante este siglo destaca el trabajo del padre Francisco Antonio de la Rosa Figueroa, quien en su obra titulada Diccionario biobibliográfico, alfabético o índice sílabo repertorial de cuántos libros sencillos existen en esta librería de este N.S.P.S. Francisco de México, que se considera el antecedente más remoto que a la fecha se conoce de un catálogo de biblioteca novohispana mexicana. 

Fray Antonio de la Rosa Figueroa es autor del primer catálogo de una biblioteca novohispana realizado con el propósito de ser utilizado por los lectores y usuarios de la misma, titulado Diccionario bibliográfica alfabético o índice sylabo repertorial de quantos libros sencillos existen en esta libraría de este convento N.S.P.S. Francisco de México. 

La primera bibliografía impresa hecha en América se debe a Juan José de Eguiara y Eguren (1693-1763), cometió el error de traducir todos los nombres al latín y ordenarlos por nombre de pila. 

Para la confección de su obra, Eguiara registró muchas bibliotecas; de la Biblioteca Mexicana sólo se imprimió el tomo primero en 1755 y quedaron cuatro inéditos, al frente de la Biblioteca se puso un amplio prólogo, dividido en 20 capítulos, donde explica sus propósitos y bosqueja la historia de la cultura mexicana desde, los tiempos prehispánicos. 

Nuevo intentos de la información bibliográfica se realizaron en las páginas de la Gaceta de México, fundada en enero de 1784 por Manuel Antonio de Valdés. En ella se proporcionaron listas de libros que llegaban o salían por Veracruz, así como del material bibliográfico que se encontraba a la venta en el Parián. 

Los catálogos de obras en venta, hechos en la primera mitad del siglo XVIII en cumplimiento del edicto inquisitorial de 1707 dan cuenta de la introducción a la Nueva España de las primeras obras "iluministas" que avivarían el sentido crítico del criollo. Por otra parte, estos catálogos no ofrecen todavía, ni en la forma ni en el contenido, muchas sorpresas. Las cédulas bibliográficas no son más explícitas que las de los inventarios inquisitoriales del siglo anterior. La jerarquía de temas aludidos tampoco cambia. 

Como se puede observar, tampoco en este siglo hubo un avance significativo en cuanto al desarrollo bibliográfico nacional se refiere, sin embargo, obras como la Biblioteca Mexicana ya dan indicios de esta labor. 

Aspectos legales

Durante el siglo XVIII y pesar de la censura establecida, penetran en la Nueva España obras de carácter filosófico, político y científico. 

Destacan obras fundamentales como los Principios de la filosofía de la historia de Vico (1725), La ciencia nueva también de Vico (1726), El espíritu de las leyes de Montesquieu (1748) y el Contrato social de Rousseau (1762). En cuanto a la comercialización del libro, se seguía haciendo en las imprentas y en los mercados.

Para más información:

"Imprenta". En: Enciclopedia de México. México: Enciclopedia de México, 1993. p. 4170-4179. 

GONZÁLEZ, Luis. "Estudio preliminar". En: Fuentes de la historia contemporánea de México: libros y folletos. México: El Colegio de México, 1961. p. vii. 

PERALES OJEDA, Alicia. La cultura bibliográfica en México. México: UNAM, 2002. 261 p. 

TORRE VILLAR, Ernesto de la. Breve historia del libro en México. 1ª ed. México: UNAM, 1987. 188 p.

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