viernes, 9 de diciembre de 2011

El dador... cuándo la realidad supera la ciencia ficción

La ciencia ficción, para mí, es un género literario muy interesante. Desde hace algunos meses he estado muy cerca de libros que abordan apocalipsis, futuros lamentables, robots, gusanos-maquina... un mundo divertido, alternativo, y en ocasiones triste.


El dador, de Louis Lowry es un libro en el que se aborda el tema de una sociedad del futuro con miras a la "perfección". Quizá este tema ha sido muy abordado en la literatura de ciencia ficción, sin embargo, en el desarrollo de la historia se plantea un mundo gris, sin música, una sociedad en la que no son importantes los sentimientos, ni los recuerdos, dónde el amor es una simple palabra.

Una sociedad que deja recaer el pasado en una sola persona... el nuevo receptor de la memoria, Jonás, el encargado de sentir, de percibir colores y sonidos, sensaciones, emociones, dolor, placer... amor.

Es curioso que en la realidad, muchas personas llegamos a vivir de esta forma, para algunos ya no son importantes los colores, los olores, la música. Y muy a pesar de todas las posibilidades que ofrecen las tecnologías, los individuos van por el mundo sin motivos, solitarios, aislados, grises.

Con lo anterior no quiero generalizar, también sé de la existencia de miles de personas que tiene la capacidad de sentir amor por el simple hecho de ver el sol salir, en fin... Es un libro que nos hace reflexionar, que nos hace tomar en cuenta las pequeñas cosas que hay a nuestro alrededor.

...y el final de la historia, es triste o alegre, depende de la perspectiva con que se lea. Jonás, por fin llega a la cima de la montaña helada.

Les dejo una canción del soundtrack de una película de ciencia ficción llamada "The Book of Eli". "How can you mend a broken heart", interpretada por Al Green.

lunes, 31 de octubre de 2011

Ley General de Bibliotecas, ¿otra reforma o una nueva ley?

En todas las naciones la existencia de leyes, permite regular la conducta de los ciudadanos en todos los casos o circunstancias que reúnan las condiciones previstas para su aplicación. Por esta razón las bibliotecas, como instituciones que forman parte importante en el desarrollo de una sociedad democrática, requieren una especial atención por parte de las autoridades para que se estipule por medio de leyes, decretos, normas o directrices sus objetivos, funcionamiento, financiamiento, etc.

Con respecto a lo anterior, Estrada Lara menciona que la legislación bibliotecaria es el conjunto de normas que rigen en un país o estado sobre el asunto de las bibliotecas, tienen la finalidad de ordenar e impulsar su creación y buen funcionamiento.

Por otro lado Núñez Bécuar indica que “la importancia de contar con una ley o un marco jurídico es entre otros, que se logra obtener una figura de autonomía como institución de información”, por lo que la biblioteca funge no sólo como un centro cultural y de información, sino como un peldaño que permite a los ciudadanos alcanzar la democracia.

Sin embargo, en muchas ocasiones las leyes no cumplen las funciones para las que fueron creadas y quedan en el olvido o simplemente no se aplican. Tal es el caso de la Ley General de Bibliotecas que nació como una necesidad y cuyos antecedentes esenciales se centran en:

  1. El Programa Nacional de Bibliotecas Públicas, puesto en marcha el 2 de agosto de 1983, el cual estuvo a cargo de la Dirección General de Bibliotecas de la Secretaría de Educación Pública. 
  2. El Decreto de Consolidación de la Red Nacional de Bibliotecas Públicas, el cual apareció en el Diario Oficial de la Federación el 8 de enero de 1987.

El gran paso se dio el 21 diciembre de 1987, fecha en la que el presidente de la República, Miguel de la Madrid expide el Decreto de Ley General de Bibliotecas, publicándose el 21 de enero de 1988 en el Diario Oficial de la Federación.

Esta Ley se sujeta al artículo 6º constitucional, en el que se establece que “el derecho a la información será garantizado por el Estado”, así como la Ley General de Educación, en su artículo 14, fracción VI, que manifiesta la necesidad de: “Prestar servicios a través de bibliotecas públicas, a fin de apoyar al sistema educativo nacional, a la innovación educativa y a la investigación científica, tecnológica y humanística”.

El 26 de junio del 2009, se publicó en el Diario Oficial de la Federación una reforma a esta ley, que modificaba:

  • Artículo 2°
  • Artículo 4° 
  • Artículo 7°, fracciones II, V, IX, XI y XV 
  • Artículo 8°, fracciones II y IV 
  • Artículo 10, fracción III, inciso c 
  • Artículo 13 
  • Artículo 14, fracción III 

Y a pesar de ello, la Ley aún tiene muchas inconsistencias y no cumple con los ideales que manifiesta Estrada Lara, porque al existir y conocer una legislación actualizada, moderna, y generalizada:

  • Se tiene la tendencia a ejercer mayor control, mejor organización y optimización de los recursos. 
  • Se pueden integrar consorcios de bibliotecas que fomenten la cooperación. 
  • Los grupos más desvalidos de la población reciben servicios, y se preservan las culturas. 

Se puede y se debe aprovechar las experiencias de otros países para resolver problemáticas específicas. 

Quizá sea necesaria una nueva reforma, comenzando por el artículo 5° en el que se debe aclarar que la Red Nacional de Bibliotecas Públicas es coordinada por la Dirección General de Bibliotecas del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes. 

En la Ley, se requiere la inclusión de un capítulo en el que se indique las características de los encargados de las bibliotecas, hacer hincapié en que tienen que ser bibliotecarios con una formación profesional, así como establecer las funciones de las instituciones formadoras. 

Son tantos los aspectos que se tienen que modificar que un análisis detallado de la Ley podría ser un tema de tesis, aunque como propuso hace años Meneses Tello: es necesaria una nueva ley que deberá estar subordinada a un ordenamiento jurídico general que podría denominarse Ley Orgánica del Sistema Nacional Bibliotecario, que en la actual Ley se considera en el Capítulo III.

A manera de conclusión la reforma a la Ley General de Bibliotecas es necesaria, pero se debe formular una nueva ley en la que se detallen las funciones del Sistema Nacional Bibliotecario. Quizá esta conclusión es un tanto arriesgada por lo que es necesaria una investigación a fondo para determinar las ventajas y desventajas que traería consigo una nueva ley. 

La propuesta de esta nueva Ley sólo contempla a las bibliotecas públicas, aunque desde un punto de vista personal en esta nueva Ley se deberá incluir todos los tipos de bibliotecas que formarán parte del Sistema Nacional Bibliotecario, indicando de forma particular sus funciones, así como los usuarios a los que atenderán. 

Para la formulación de esta nueva ley se deberá tener una elevada participación por parte de los profesionales de la información, así como de las asociaciones e instituciones formadoras; también se deberán estudiar las leyes, normas, decretos y directrices de otros países en materia de bibliotecas. 

Se deberá contar con el apoyo de especialistas en formulación de leyes, y sobre todo, contar con el apoyo de la Dirección General de Bibliotecas y del Congreso de la Unión para acelerar el proceso legislativo. Es responsabilidad ética de los bibliotecarios y bibliotecarias estar al pendiente de los aspectos legales que impactan a las bibliotecas, porque un país en el que los ciudadanos consideran a las bibliotecas en un lugar privilegiado, es un país con libertad y democracia.

Para mayor información puedes consultar:

ESTRADA LARA, Elvia. “El contexto general de la legislación de bibliotecas públicas y el Estado de México”. En: Memoria del Segundo Congreso Nacional de Bibliotecas Públicas. México: CONACULTA, 2002. p. 51-54. 

Ley General de Bibliotecas [en línea]. México, 21 de enero de 1988, última reforma DOF 23-06-2009. [Fecha de consulta: 05 octubre 2011]. Disponible en: http://www.diputados.gob.mx/LeyesBiblio/pdf/134.pdf

MENESES TELLO, Felipe y MAYA CORZO, Óscar. La biblioteca pública mexicana en el marco de la Ley General de Bibliotecas. En: Memoria del Segundo Congreso Nacional de Bibliotecas Públicas. México: CONACULTA, 2002. p. 59-65. 

NÚÑEZ BÉCUAR, Eduardo Efrén. “El ABC de una ley actuante”. En: Memoria del Segundo Congreso Nacional de Bibliotecas Públicas. México: CONACULTA, 2002. p. 55-58.

jueves, 22 de septiembre de 2011

La clasificación en las Bibliotecas Novohispanas

México, al ser conquistado por España, recibió la denominación de Nueva España, esta denominación fue trascendental para identificar una época importante en la historia de México; y dentro del ámbito de las bibliotecas no es la excepción, razón por la que las bibliotecas de esta etapa son llamadas “Bibliotecas Novohispanas”. 

Estas bibliotecas pertenecían principalmente a los conventos, y había algunas otras bibliotecas particulares que correspondían a personajes como Bartolomé de las Casas, Juan de Zumárraga, Sor Juana Inés de la Cruz y Carlos de Sigüenza y Góngora (Osorio, 1987). 

Las bibliotecas de los conventos contaban con documentos en su mayoría de carácter religioso, aunque se sabe de colecciones llamadas “prohibidas” que tenían escasos documentos cuya temática radica en las ciencias experimentales; por ejemplo, en el convento de Tezcoco -hoy Texcoco-,existía “un tratado de peste” y un “Hinojosa de cirugía”, por otro lado, el convento de Tlalmanalco poseían un libro titulado “Efemérides astrológicas” (Osorio, 1987). 

En cambio, las bibliotecas particulares de los personajes antes mencionados contaban con colecciones de libros de carácter científico, tales como las obras de Copérnico, Tycho Brahe, Galileo y Kepler, incluyendo también libros de arquitectura y medicina (Carreño, 2004). 

En ese tenor, es importante mencionar que de acuerdo con el contenido de la colección es su clasificación, de manera que Carreño (2004) menciona que “la organización de las bibliotecas coloniales o novohispanas fue a través de una catalogación temática y alfabética de autores”. 

Aunque Osorio (1987) hace mención que la clasificación de las bibliotecas se puede considerar en tres grandes grupos: 

1. Bibliotecas que solo cuentan con un inventario en el que se enlistan los libros sin ningún orden; 

2. Bibliotecas que dan a los libros un orden alfabético, sin discriminar el título o el autor; 

3. Bibliotecas que consideran una clasificación por materias: Esta clasificación por materia considera aspectos como los documentos expositivos, predicables, escolásticos, morales, canonistas, espirituales, diversos, y mexicanos; aunque conventos como el de San Luís de Uexotla, establece ya un código para la clasificación, sin embargo este código solo son las letras del abecedario, por lo que:

A. Sancti Patres 
B. Expositivi 
C. Praedicables 
D. Morales 
E. Theologici 
F. De legibus 
G. Spirituales et historici 
H. Latini grammatici 

Con lo anterior podemos observar una de las posibles razones por las que México no ha desarrollado un sistema de clasificación específico, ya que las colecciones de esa época solo estaban centradas en los aspectos religiosos; clasificaciones que no cubren los aspectos de las temáticas actuales. 

Para más información consulta:

CARREÑO VELÁSQUEZ, Elvia. (2004). Las bibliotecas antiguas de México. [En línea]. [Consulta: 17 septiembre 2009]. Disponible en Internet en: http://www.adabi-ac.org/investigacion_libro_ant/articulos/paginas/04art_ecv01.htm 

OSORIO ROMERO, Ignacio. (1987). Historia de las bibliotecas novohispanas. México: SEP. 282 p. 

Historia del Sistema de Clasificación Decimal de Dewey

La clasificación es una parte primordial en un mundo desorganizado, y sobre todo en un mundo en el que los avances científicos, tecnológicos, culturales, sociales, y en general el conocimiento humano avanza de manera acelerada, por lo que dichos conocimientos tienen que ser clasificados e identificados para localizarlos de manera rápida y sin generar confusiones.

Los conocimientos, para que no sean olvidados se tienen que plasmar en un determinado soporte y con un formato determinado, este conocimiento plasmado en documentos, requiere de una clasificación que nos permita identificarlos y, así localizarlos; para ello se han desarrollado una amplia gama de esquemas de clasificación. 

Cabe mencionar que la preocupación por la clasificación documental no es reciente, tiene antecedentes concretos en los se pueden observar la importancia que tiene la clasificación en el mundo, en esta ocasión se abordara como punto central la historia del Sistema de Clasificación Decimal desarrollada por Melvin Dewey. 

La Clasificación Decimal de Dewey, es un sistema de clasificación jerárquico, y aplica el principio de los números decimales para sistematizar las subdivisiones de las clases; las clases principales están agrupadas en diez grupos temáticos, que van del 0 al 9, estos grandes grupos pretenden abarcar todas las disciplinas científicas (Segundo, 1997).

De acuerdo con Segundo (1997), Melvin Dewey (1851-1931), a quien se le considera el padre de la Bibliotecología, fue nombrado auxiliar de la Biblioteca del Amherst Collage, y fue en ese momento que se dio cuenta de la falta de un sistema de clasificación que facilitara el acceso a los documentos; de manera que aun siendo un estudiante del Amherst Collage formulo en el años de 1873 la Clasificación Decimal como un trabajo académico, aunque para desarrollarlo adoptó la clasificación de Harris, un sistema implantado en las bibliotecas públicas de St. Louis. 

Para el año de 1976, Dewey publicó una versión corregida y aumentada del proyecto original títulada A classification and subject index for catoginig and arranging the book an pamphlets of library, el cual estaba formada por solo 12 paginas, de acuerdo con lo que menciona Segundo (1997), aunque Mortimer (2002) alude que dicho folleto contenía 44 páginas. 

La segunda edición fue publicada en 1885 bajo el título Decimal classification and relatix index (Segundo, 1997). A partir de 1923 la oficina editorial de Dewey se localizó en la División de Clasificación Decimal de la Biblioteca del Congreso (Mortimer, 2002). 

En 1993, apareció una versión en DOS (Disk Operating System, es español Sistema Operativo de Disco) de la vigésima edición, llamada Electronic Dewey, esta versión se publico en CD-ROM (Mortimer, 2002). 

La vigésima primera edición se publico en el año de 1996, y entre una edición y otra el esquema se ha sometido a revisión y se ha intentado actualizar en el Dewey Decimal Classification: Additions, Notes and Decisicions (Mortimer, 2002). 

Este sistema de clasificación ha sido trascendental, y a pesar del año de su primera publicación se sigue utilizando en muchas partes del mundo; y ahora no cabe duda de la importancia que tiene un sistema de clasificación en las bibliotecas y los centros de información ya que estos sistemas son los que asignan un código de identificación de cada uno de los documentos. 

Para más información consulta:

MORTIMER, Mary. (2002). Clasificación decimal Dewey: edición 21. Bogotá: Rojas Eberhard Editores. 130 p. 

SEGUNDO MANUEL, Rosa. (1997). “Principales sistemas de clasificación”. En: Manual de clasificación documental. Madrid: Síntesis. p. 67-70.

sábado, 27 de agosto de 2011

Aldo M. Alba, un hombre de ciencia... ficción

Para muchas personas "cultas" el término "ciencia ficción" sugiere una nueva ciencia, o lo que es peor, una ciencia oculta que invade los cerebros humanos y los llena de pensamientos positivos o negativos sobre el futuro de la humanidad.

De antemano, la palabra "ciencia" genera cierta incertidumbre porque muchos han intentado definirla desde un sin número de puntos de vista sin llegar a una conclusión clara, que permita saber lo que en realidad es "ciencia"; y ya no hablemos de la palabra "ficción", definida por la RAE como una invención o cosa fingida, ya que entraríamos en una discusión que bien merece un libro completo.

A pesar de que los estudiosos de los géneros literarios siguen teniendo discusiones a cerca de lo que es o no la ciencia ficción, para mi la ciencia ficción, es la capacidad de los seres humanos para traducir en letras lo que ocurrió, lo que ocurre y lo que ocurrirá.

Aquí presento una tweet-entrevista realizada a Aldo M. Alba, que además de ser Lic. en Literatura dramática y teatro, es un escritor de ciencia ficción, autor de "Cuentos del Alba".


-¿Cómo definiría el término "ciencia ficción"?

"Para mi, la ciencia ficción es un género literario en el que a través de hechos científicos, o no, propone posibles futuros de la humanidad."

-¿Por qué del teatro a la literatura?

Con risas responde: "siempre cultivé la literatura, pero el teatro fue un hermoso pasaje de mi vida. Quizá mi visión de la actuación era demasiado inocente y no es así, la actuación es para súperdotados. Los buenos actores, por supuesto."

-Quizá es complicado tener un libro favorito, pero en el género de la ciencia ficción ¿cuál es su favorito?

Duda un poco y responde: "Muy difícil, no tengo uno, mhhh "El hombre ilustrado", "En las montañas de la locura", Zárate, Blanca Mart..."

-En la ciencia ficción, ¿la soledad es un lugar?

"No es muy común, pero sí, en muchos cuentos."

-¿Sobre que tema, dentro de la ciencia ficción te gusta más escribir?

"El apocalipsis, futuros alternos, razas diferentes."

-¿Por qué te gusta escribir sobre ciencia ficción?

Con un "emoticon" de sonrisa: "Desde niño me interesó la idea de cómo sería el futuro de los humanos. Utopías, distopías, hasta el más negro pesimismo."

-¿Cuál es su siguiente proyecto?

"Siempre he querido escribir una novela de ciencia ficción ambientada en la selvas de México que suceda a final de los años 30."

Para finalizar la tweet-entrevista, Aldo M. Alba, menciona que "algunos sucesos actuales, ni la ciencia ficción pudo advertirlos". Y en efecto, hoy en día nos enfrentamos a situaciones de las que generaciones pasadas no pudieron advertir.

Las palabras y las cosas

"Las palabras y las cosas: una arqueología de las ciencias humanas", de Michael Foucault es un libro extraordinario... Recuerdo que ese libro me lo recomendó Omar, un arqueólogo muy simpático, durante un tour que iba desde el Museo Nacional de Antropología e Historia hasta el metro Chabacano, lugar en el que se prolongó la charla.

Quizá este libro sea un poco complicado, y lo mencionó porque leí el prólogo cuando iba en el segundo semestre de la Lic. en Biblioteconomía y no entendí nada. Fue hasta tiempo después que comprendí la importancia de este texto para todos aquellos que nos dedicamos a las llamadas "ciencias humanas".

Como el autor menciona en el prefacio, "Este libro nació de un texto de Borges. De la risa que sacude, al leerlo, todo lo familiar al pensamiento [...], trastornando todas las superficies ordenadas y todos los planos  que ajustan la abundancia de seres, provocando una larga vacilación e inquietud en nuestra práctica milenaria
de lo Mismo y lo Otro."

Y en efecto, este libro nos da las alas para entender el pensamiento, el orden de las cosas, el orden del conocimiento. Nos enseña a ver más allá de lo que tenemos a simple vista, explorar lo desconocido y comprender el porque de muchas cosas -eso, al menos en la parte que he leído, por el momento prometo  terminar de leer el libro completo-.

Aquí dejo un link en el que pueden obtener el libro en formato electrónico:


domingo, 21 de agosto de 2011

Antecedentes de la bibliografía en México

Etimológicamente la palabra bibliografía, se puede definir como el acto de escribir con la mano los volúmenes; antiguamente el bibliógrafo era el copista o amanuense consagrado a la tarea de componer manualmente los libros de forma manuscrita, hoy en día la bibliografía tiene una significación más compleja, pudiéndose señalar en la misma varios aspectos.

  1. Como disciplina autónoma, aspira a construir una ciencia con fundamentos, un método especial y fines propios.
  2. Como técnica: Es el arte de describir y anotar los impresos.
  3. Como erudición, es el conocimiento de libros, de su valor intrínseco, del merito de sus diversas ediciones.

En el caso de México, la bibliografía nace como una necesidad de controlar los documentos que entraban a la llamada Nueva España.

En 1550, Carlos V ordenó llevar a cabo un inventario de las obras destinadas a América y así impedir el embarque de las prohibidas. Para 1556, se mandó revisar los libros que entraban por Veracruz.

Aunque quizá el acontecimiento más relevante fue el que se dio en 1571, ya que el Tribunal del Santo Oficio de la Inquisición dispuso que todas las iglesias, monasterios, colegios y universidades, libreros y personas particulares dieran cuentas de los libros que tenían a su disposición.

Estas listas indicaban nombre del autor, impresión y año; también el nombre del dueño, la parroquia, casa y vecindad donde vive; estos libros estaban distribuidos en cinco clases: una de libros de teología, y otra de cánones y leyes, otra de lógica, filosofía, medicina y matemáticas, otra de libros de devoción, otra de libros humanistas y profanos, y cada clase esta ordenada de forma alfabética.

El antecedente fiel de las bibliografías en México son las denominadas “visitas”, que son bibliografías minúsculas e imprecisas de las obras que traían consigo los pasajeros, listas de libros prohibidos que circulaban en Nueva España, catálogos de librerías y bibliotecas y pólizas de embarque dadas en Sevilla. Esos son los antecedentes más remotos de la bibliografía en México. 

Para más información consulta:

BOSQUE LASTRA, Margarita. “De la difusión y comercialización del libro en la Nueva España y en el México independiente”. En: Libros de México. Abril-septiembre 1992, no. 27-28, p. 17-22.

BUONOCORE, Domingo. Diccionario de bibliotecología: términos relativos a la bibliología, bibliografía, bibliofilia, biblioteconomía, archivología, documentología, tipografía y materias afines. Buenos Aires: Marymar, 1976. 453 p.

GONZÁLEZ, Luis. "Estudio preliminar". En: Fuentes de la historia contemporánea de México: libros y folletos. México: El Colegio de México, 1961. p. vii-lxviii.RAMÍREZ LEYVA, Elsa M. El libro y la lectura en el proceso de occidentalización de México. México: UNAM, CUIB, 2001.178 p. 

¿Por qué sinfonía del caos?

Tomar la decisión de crear un nuevo blog responde a ciertas inquietudes, algunas de ellas musicales, profesionales, de negocios, o como un espacio en el que se pueden expresar inquietudes personales respecto a algún tema que cause movimiento en nuestras neuronas.

Esa es la intensión de este blog, expresar en unas cuantas letras los movimientos de mis neuronas. Sinfonía del caos porque, una sinfonía es una mezcla extraoridinaria de sonidos, una armonía de colores, sentimientos, sensaciones; y el caos como un estado amorfo e indefinido que se supone anterior a la ordenación del cosmos, que da cuenta de que la perfección sólo existe en la imaginación.